Vamos a dedicar un rato a revisar algunas ideas bastante comunes sobre la Psicología, el trabajo de los psicólogos y la mente humana. Lee los enunciados que ves a continuación y piensa si estás de acuerdo o no con ellos, seguro que en alguna ocasión has escuchado opiniones de este tipo:
- Al psicólogo van los locos
- Los psicólogos recetan medicinas
- Solo usamos el 10% de nuestro cerebro
- Los polos opuestos se atraen
- Los detectores de mentiras son infalibles
- Los sueños tienen un significado simbólico
- Nuestra memoria funciona como una grabadora
- Algunas personas utilizan más el lado derecho del cerebro y otras el izquierdo
- Los psicólogos están locos, por eso estudiaron psicología
- Las enfermedades mentales pueden superarse con empeño y fuerza de voluntad, el tiempo lo cura todo
- Yo creo/no creo en la Psicología
- Los problemas se hablan con los amigos, no con un psicólogo
- Las enfermedades mentales no tienen cura
1. Al psicólogo van los locos:
Bueno, en primer lugar tendríamos que ponernos de acuerdo en qué entendemos por "locura", y que es lo "normal". Los psicólogos trabajan para ayudar a mejorar la vida de las personas que se enfrentan a problemas psicológicos. La mayor parte de las personas que acuden a un psicoterapeuta están mentalmente sanas, puede que no estén satisfechas con su vida o que no sepan cómo afrontar una situación. Ir al psicólogo puede ser muy saludable
para la vida de cualquier persona y no es necesario que esté loca. Todos en
mayor o menor medida tienen algún problema o cuestión que los atormenta y que
realizar una terapia con un psicólogo puede ayudarles a sobrellevarla mejor. Hay
procesos mentales que uno no entiende y por más que converse con amigos o
familiares no pueden ayudar a descifrar y sí un profesional en un espacio
especialmente concebido para ello. En otras áreas de la vida: nutrición, informática, idiomas, electricidad, etc.. acudimos a un especialista que nos asesora cuando no tenemos los conocimientos o habilidades necesarios para resolver un problema y necesitamos ayuda. Las personas con enfermedades mentales graves necesitan la ayuda de un psiquiatra, ademas de asesoramiento psicológico
2. Los psicólogos recetan medicinas
Esto es total y absolutamente
falso ya que el único profesional habilitado para recetar medicación
psiquiátrica es el psiquiatra y este tipo de fármacos son solamente
comercializados con recetas especiales que están muy controladas. Puede pasar
que el psicólogo considere que el paciente necesite medicación para salir por
ejemplo de un pozo depresivo y lo derive en tal caso a un psiquiatra para que
se la indique y él por su lado poder seguir con su parte del tratamiento.
3. Solo usamos el 10% de nuestro cerebro
3. Solo usamos el 10% de nuestro cerebro
Simplemente no es verdad, si
nos vamos a los datos metabólicos, el cerebro es el tejido que más consume
energía (20% de nuestra reserva calórica, a pesar de que el cerebro sólo
representa el 3% de nuestro peso corporal. Es muy probable que este mito se
desprenda de la idea de Williams James, quien dijo que una persona raramente
logra alcanzar más del 10% de su potencial intelectual. Así que ya sabes, no le
creas a esos “gurús” que prometen ayudarte a liberar el 90% de tu poder
cerebral….
4.Los polos opuestos se atraen
La televisión y muchas
novelas han difundido la idea de que los polos opuestos se atraen, se casan y
viven felices para siempre. Pero la realidad es totalmente diferente. Más de
una docena de estudios demuestran que las personas con personalidades similares
tienen más probabilidades de atraerse en comparación a las personas con
personalidades diferentes. Estos descubrimientos aplican de igual forma para
las amistades.
5. Los detectores de mentiras son infalibles
Muchos creen que los
“Detectores de mentiras” son 99% precisos. Pero en realidad nadie, ni siquiera
una máquina puede decir precisamente cuando alguien está mintiendo. Los
detectores de mentiras operan bajo el supuesto de que los signos fisiológicos
revelan cuándo la gente no está diciendo la verdad. Pero, el polígrafo mide la
conductancia de la piel, la presión sanguínea y la respiración y cuando estos
signos sobrepasan los niveles normales luego de una pregunta, el operador
interpreta que una mentira se ha dicho. Sin embargo, las reacciones
fisiológicas no son universales y cuando se aprende a controlar factores como
la respiración y la frecuencia cardíaca, entonces es fácil pasar el detector de mentiras.
6. Los sueños tienen un significado simbólico
Sin duda alguna este es uno de los
mitos más difundidos. Muchos creen que los sueños pueden revelar verdades
ocultas. Es cierto todavía no se sabe con exactitud qué pasa en el sueño, pero
la comunidad científica está de acuerdo en que los sueños no son una bola de
cristal a tu mente inconsciente. La teoría más aceptada y con más apoyo científico sostiene que los sueños son representaciones confusas de las acciones de nuestro cerebro, donde se intenta ordenar la información y experiencia como un sistema de archivos por ordenación. Aunque de
acuerdo con el psicoanálisis, una de las teorías psicológicas más célebres, pero también más discutidas, puede encontrarse en los sueños algunas llaves
para entrar y comprender el subconsciente, no están todas las respuestas en
ellos. Puesto que los sueños son solamente un fragmento del análisis
psicológico y no todo lo que las personas sueñan puede ser analizado desde el
punto de vista psicológico
7. Nuestra memoria funciona como una grabadora
La mayoría de las personas cree
que nuestro cerebro preserva perfectamente nuestras experiencias pasadas en
forma de memorias. Pero en realidad esto no es así. Hoy en día la
comunidad científica está de acuerdo en que nuestra memoria no es reproductiva,
o sea, no duplica precisamente lo que experimentamos, sino que es
reconstructiva. Lo que quiere decir que cuando recordamos es a menudo una
mezcla borrosa de recuerdos que se combina con nuestras creencias, necesidades,
emociones y corazonadas. Además, como veremos, nuestra memoria es
notoriamente falible, y esto es especialmente problemático en los juicios, ya
que reiteradas veces el testimonio de un testigo presencial ha provocado falsas
condenas a un gran número de inocentes.
8.Algunas personas utilizan más el lado derecho del cerebro y otras el izquierdo
Este mito es bastante popular y se
explica de la siguiente manera: las personas que usan su hemisferio izquierdo
son más analíticas y lógicas, mientras que aquellas que usan el hemisferio
derecho son más creativas y artísticas. Pero nuestro cerebro no funciona así.
Es cierto que algunas regiones del
cerebro son especializadas en ciertas tareas, pero nuestro cerebro no utiliza
solo un hemisferio en preferencia de otro. En realidad utilizamos los dos
hemisferios por igual. Esto lo sabemos gracias a las imágenes obtenidas por
Resonancia Magnética Funcional.
Pero es
importante recordar que en las personas sanas los dos hemisferios cerebrales
están bien conectados y se han desarrollado para funcionar en conjunto,
compartiendo información a través del puente al que llamamos cuerpo calloso.
Los neurocientíficos que trabajan hoy en día en este campo están interesados en
conocer cómo se produce esta coordinación.
8. Los psicólogos están locos, por eso estudiaron psicología
Bueno, pues quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra: Todos
tenemos en mayor o menor medida conductas insanas, pensamientos distorsionados
o emociones desadaptativas, y está claro que quien estudia psicología ha de
estar necesariamente interesado por la conducta y la mente humana.
Los psicólogos también pueden recibir asesoramiento psicológico, puede ser importante que lo hagan antes de ejercer, esto les permite adentrarse en la psicología entendiendo mejor el rol del paciente.
Sin
embargo, no es necesario que el psicólogo padezca los trastornos de los pacientes para que empatice con ellos y pueda ayudarles, de la misma manera que un
médico puede hacer un diagnóstico sin presentar la sintomatología de quien
atiende.
10. Las enfermedades mentales pueden superarse con empeño y fuerza de voluntad, el tiempo lo cura todo.
Es verdad que muchas
veces el paso del tiempo nos ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva, pero
el tiempo por sí mismo, no tiene propiedades terapéuticas. Existen casos en que
el paso del tiempo puede ayudar a serenar nuestras emociones, pero en otros
casos, el paso del tiempo puede contribuir a cronificar un problema que podría
haberse solucionado de haberse intervenido a tiempo sobre él. Esto puede ocurrir, por ejemplo, cuando una persona padece una depresión. En este caso, la sola voluntad no alcanza para salir adelante y necesita sí o sí ayuda profesional y tratamiento farmacológico.
Esta creencia errónea lleva a que muchas veces las personas no busquen ayuda porque creen que pueden salir adelante solas y hacerlo significaría una muestra de debilidad. Si bien es cierto que la voluntad y el deseo de mejorar es muy importante para poder curarse, no es por sí solo suficiente
11. Yo creo/no creo en la Psicología
¡¡Uff!!. Detrás de esta afirmación o creencia hay desconocimiento, ignorancia y también temor. A nadie se le ocurre decir que no cree en el dentista o en el oculista y cuando hay un problema en los dientes o en los ojos se recurre a estos profesionales. Sin embargo, cuando se trata de la mente, de la psiquis y de las emociones hay un gran misterio, miedo y tabú que lleva a que mucha gente sea reticente a recurrir al psicólogo.
En el psicólogo no se "cree", porque la psicología no es una religión. La psicología es una ciencia, y un psicólogo es un profesional que se ha formado en una facultad universitaria, está preparado para analizar las problemáticas que se le presentan en relación con la salud mental de las personas, y busca promover un cambio positivo y mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
En definitiva, los psicólogos son gente muy formada y no son "charlatanes" que den consejos u opiniones.
12. Los problemas se hablan con los amigos, no con un psicólogo
Si bien es cierto que es muy importante
la compañía y el sostén de los amigos, en todas las etapas
de la vida y especialmente en momentos difíciles, esto no sustituye de ninguna
manera a la ayuda profesional. En los lazos de amistad y de familia juegan
otras cosas, intereses, amor, etc., que no permiten muchas veces decir las
cosas realmente como son, además de que el psicólogo estudió y se formó para
tratar psicológicamente a las personas y ayudarlas a encontrar el camino para
estar mejor.
Así que, aunque la ayuda de los amigos es importantísima, cuando afrontamos problemas graves como el estrés o la depresión, hay consejos bienintencionados que, aunque de momento nos alivien, a la larga pueden resultar inútiles e incluso agravar la situación, porque estos amigos nunca podrán observar el trasfondo de nuestros padecimientos, como lo haría un profesional, que es quien puede alcanzar una mejor comprensión de nuestra situación y actuar de la forma adecuada.
13. Las enfermedades mentales no tienen cura
Hay muchas enfermedades mentales que
tienen cura o pueden tratarse terapéuticamente con medicación y ayuda
profesional especializada: Psiquiatras y psicólogos, de manera de manejar los
síntomas. Así algunas enfermedades de la salud mental bastante frecuentes como lo pueden ser la ansiedad, la depresión o incluso algunos niveles de esquizofrenia pueden tratarse y ayudar al paciente a llevar una vida
normal y feliz dentro de lo posible.
Sin embargo, la psicología no puede solucionarlo todo. El psicólogo no es un mago, ayuda y dirige al paciente
hacia el mejor camino o lo lleva a encontrar alternativas posibles para
transitar y convivir con aquello que es irremediable y remediar aquello que puede
remediarse sin morir en el intento. Pero todo el proceso requiere de una
participación activa y de mucha implicación por parte del paciente. Muchas
veces encontrar de dónde surge algo que a uno lo atormenta sirve para no
vivirlo con tanto sufrimiento, para aceptarlo, para perdonar o perdonarse e
inclusive para tratar de modificar aquello que a uno no le gusta y desea
cambiar. Todo esto ayuda a vivir mejor, más plenamente y más feliz.
La información de esta entrada del blog es una adaptación de lo que se explica en: